Y supongo que es normal, especialmente en esta época, pero esto es una tortura. No dejo de pensar en ti, en las horas que invertimos juntos y en cómo he podido dejar que esto ocurra. Porque te quiero, y quiero que volvamos a estar juntos. Te echo de menos, portátil mío, y no puedo negarlo.
Y aquí donde me hallo no solo no está mi amado, sino que tampoco hay tele, ni mierdas guays. Algunos dicen que la playa está entre la lista de cosas guays, pero yo quiero el calorcito de mi sir Reginald Winterbottom ayudado por nuestro (casi) siempre leal compañero Internet, Inte para los amigos.
Así que aquí dejo un intento fallido con tinta. Tan triste como la pena que siento al teclear esto desde la mierdateclado de mi móvil.
jueves, 24 de julio de 2014
Miss you so much
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